Francisco Javier Artacho Cobo
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Dado que no era conocedor de cual era la mejor autoescuela en Granada me puse en contacto con amigos y familiares, los cuales de forma unánime me dijeron que la autoescuela por excelencia es Molina.
Tuve la enorme fortuna de encontrar a Esperanza, que explicó con detalle el proceso para conseguir el carnet B de coche y me dotó de todo el material necesario desde el primer momento, tanto en modo papel como por ordenador, test incluidos que luego entran en el examen real. Ella, por su amabilidad, competencia y humanidad es la principal responsable de que me decantara por esta sede y que afrontara esta etapa con ilusión, desde luego es admirable su capacidad resolutiva, de gestión, coordinación y la cercanía con el alumnado. Sin duda es un conjunto de cualidades muy difícil de encontrar en una misma persona.
Poder asistir a las clases de Alberto fue un placer, no sólo eran amenas sino que te ayudaba a relacionar conceptos con sus carismáticas anécdotas para no tener que aprenderlo todo de memoria. El manual, simple e intuitivo, sin duda es un plus importante que sirve sobre todo para aprobar pero también para interiorizar consejos prácticos, así como el modo online con la web del grupo facilauto.
Finalmente y no menos importante, tras aprobar el examen teórico llegaron las esperadas clases prácticas de coche. Debo decir que para mi ha sido un completo lujo poder aprender a conducir de la mano de Miguel. Me gustaría destacar su paciencia, dado que conducir requiere mucha concentración y sistematización, a mi me parece que conseguir inculcarlo de forma práctica es todo un arte y, sin embargo, para él parecía ser incluso fácil. Se nota que le gustan los coches y que tiene empatía con el alumno, es una gran fuente de motivación y gran profesor.
Esta es mi experiencia personal y creo que la de muchos más ya que todo lo que he visto cuando iba a la autoescuela eran buenas caras y buena actitud por parte de profesionales y alumnado.